Si bien los ojos son el reflejo del alma, muchas veces nuestra mirada y más específicamente nuestra expresión, le muestra al mundo, una imagen envejecida, cansada y hasta deprimida de nosotros mismos. Esta imagen, no sólo es detectada y valorada negativamente por los demás, si no (y esto es lo más importante), por nosotros mismos.
Esto es debido a que con la edad, se producen una serie de cambios en las estructuras de soporte de nuestro rostro, y en particular en los tejidos que circundan nuestros ojos, cejas y pómulos.
Una mirada joven, luminosa y limpia
Así pues, es en estas zonas, donde debemos enfocar nuestros esfuerzos a la hora de buscar una mirada luminosa, joven y limpia. Para ello, en mi práctica privada en la Clínica Vistahermosa, planteo a mis pacientes, un abordaje integral de este problema. Dónde evaluamos todos los componentes fundamentales de la mirada, así como las alternativas de tratamiento y restauración de las mismas.
Según el tipo étnico/racial y en particular de la estructura anatómica facial, las áreas más importantes a tratar en el rejuvenecimiento facial son:
1. Los párpados.
2. Los cantos internos y externos de los ojos.
3. Las cejas.
4. Los pómulos
5. Las arrugas perioculares (patas de gallo).
6. El surco entre la nariz y el pómulo (surco nasolacrimal)
Las características de estas zonas, así como su grado y forma de envejecimiento, vienen dada por la raza, el tipo de piel (seca, grasa, pesada o fina), el grado de gesticulación de la persona al hablar, y los cuidados / tratamientos previos, que hayan podido frenar o retrasar el envejecimiento.
Frecuentemente encuentro en las pacientes que acuden a mi consulta. Pacientes que desean “quitarse las bolsas de los ojos o la piel de los mismos” para rejuvenecer la mirada. Y si bien es cierto que este es uno de los procedimientos a realizar, habitualmente, no es el único y en mi experiencia, tampoco el más importante a la hora de obtener un resultado excelente, natural y sobre todo seguro.
Así pues, ¿Qué podemos hacer para rejuvenecer nuestra mirada?
Mi filosofía a este respecto es la siguiente.
1. Solucionar los problemas anatómicos y estructurales presentados.
Si las cejas o los ángulos de los ojos se han caído por una dinámica muscular ocular intensa, recolocarlos y retensarlos utilizando mínimas incisiones, que nos permiten realizar un lifting frontal y diversas técnicas de cantopexia (retensado palpebral). Si existe una laxitud y flacidez cutánea en los párpados, solucionarla con diferentes técnicas de blefaroplastia. Si los pómulos empiezan a descolgarse, resuspenderlos para corregir y prevenir su caída, o aumentar su volumen para devolverles la naturalidad y frescura del rostro joven, donde los pómulos tienen una importancia fundamental.
2. Apostar siempre por iluminar la mirada antes que oscurecerla u opacarla.
Planteamos técnicas de blefaroplastia conservadoras, en donde no se reseca la totalidad de las bolsas grasas de los ojos (para evitar que el ojo se vea vacío o hundido) . En muchos casos, utilizamos esa “grasa sobrante”, para corregir surcos, ojeras y depresiones de los pómulos, áreas de transición entre la nariz y la mejilla etc, con el fin de devolverle la luminosidad al rostro.
3. Valorar la dinámica facial de cada paciente.
En este punto, evaluamos y tratamos la gesticulación excesiva de cada paciente, para que con medios quirúrgicos o médicos (aplicación de Toxina botulínica), podamos suavizarla y con ello reducir la aparición de arrugas, surcos o incluso depresiones en la piel.
4. Mejorar y restaurar la elasticidad de la piel de toda la zona.
A través del uso combinado de infiltración de vitaminas y complejos restauradores de la piel. Con técnicas de regeneración del colágeno facial o con procedimientos y técnicas de resurfacing o regeneración cutánea facial total.
Como se puede deducir de todo lo dicho anteriormente, el rejuvenecimiento integral de la mirada, es mucho más que sólo una blefaroplastia o de la aplicación de bótox.
¿Quieres saber más?
Para obtenerlo, es necesaria una evaluación correcta y cuidadosa de cada caso. Así como el uso preciso y suficiente de los procedimientos quirúrgicos y médico estéticos necesarios. Siempre con el fin de obtener ante todo un resultado natural y bonito.
La cirugía plástica bien realizada, busca que nuestra mirada sea realmente el reflejo de nuestras emociones. Y por qué no, de cómo nos sentimos con nosotros mismos y con los demás.
Como siempre, aclaro que este es mi punto de vista personal a la hora de tratar a mis pacientes. Por ello puede contrastar con otras maneras de concebir y realizar cirugía estética.
Un saludo cordial.
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