En anteriores posts he hablado sobre lo que es la mama tuberosa, así como su clasificación y opciones de corrección quirúrgica con prótesis. En este post, me gustaría centrarme en el uso de las técnicas de lipofilling, para la corrección de ese problema.
Mama tuberosa, ¿qué es?
La mama tuberosa, se origina por el mal desarrollo del polo inferior de una o ambas mamas, por la formación de una banda de constricción (fibrosis) en los cuadrantes inferiores del pecho y la ausencia de tejido mamario en los mismos. Esta constricción inferior origina una herniación secundaria del contenido mamario a través del tejido areolar. El punto más débil de la mama, con la correspondiente deformidad en forma de tubo de la areola y el pecho.
Técnicas tradicionales de corrección de mama tuberosa
Tradicionalmente, la corrección de este problema se ha realizado a través de diferentes técnicas de remodelación mamaria. En donde se abordaban estos dos problemas utilizando una incisión periareolar. Por un lado, se expandía o debilitaba la fibrosis inferior. Se rompen dichas bandas fibróticas; y por otro lado, se redistribuía el contenido mamario recolocándolo en los cuadrantes inferiores y reduciendo el volumen de la zona areolar y los cuadrantes superiores mamarios (técnica de Pucket). Esto frecuentemente se realiza aumentando el tamaño de todo el pecho, utilizando implantes protésicos redondos u anatómicos. Para así suplir los déficit de tejido del polo inferior de la mama y mejorar su aspecto en conjunto.
La alternativa
Hoy por hoy, contamos con otra alternativa excelente a estas cirugías. Mi experiencia con el uso de lipofilling para este trastorno ha sido realmente buena y por ello, para mi, es la primera opción quirúrgica a considerar en estos casos.
En pacientes con mama tuberosa grado II y III, el lipofilling consigue en una sesión, corregir la ausencia de volumen de los polos inferiores. Así como, la remodelación de todo el pecho. Además, no hay inconveniente alguno de realizar técnicas de reducción/reposicionamiento areolar, con lo que podemos en una única cirugía, corregir toda la deformidad del pecho sin necesidad de colocar implantes, beneficiándonos además, de la lipoescultura simultánea y el remodelado corporal propio de la liposucción.
En los casos grado IV, la ausencia total de desarrollo mamario en los polos inferiores, a mi juicio, nos obliga a planificar un procedimiento en dos tiempos quirúrgicos. Una primera etapa, en donde realizaremos una primera lipostransferencia a cuadrantes inferiores y una liberación de la constricción inferior a través de técnicas de rigotomía. Pequeños cortes por debajo de la piel para liberar las fibrosis de la zona inferior del pecho. Y una segunda lipotranferencia pasados alrededor de 3 a 6 meses de la primera intervención. Donde completaremos el aporte de volumen del pecho, así como el remodelado y/o reducción areolar.
Resultado excelente, seguro y permanente
Con estas estrategias, la corrección de la mama tuberosa es no sólo posible, sino deseable, a través de la lipotrasnferencia grasa, consiguiendo un resultado excelente, seguro y permanente.
El hecho de utilizar la grasa excedente como materia prima para el remodelado mamario. Tiene la enorme ventaja de evitar la necesidad de recambios protésicos futuros. Además, el corregir zonas de lipodistrofia/deformidad del contorno corporal y obtener un resultado de apariencia y tacto completamente natural.
Espero que esta reflexión pueda orientar a aquellas mujeres, que preocupadas por esta situación, deseen saber las opciones quirúrgicas de las que actualmente disponemos. Contar con diversas técnicas de reconstrucción, permite a un cirujano capaz, afrontar los retos y dificultades que cada caso presenta. Al mismo tiempo, brindar a cada mujer, la mejor opción de resolución a corto, mediano y largo plazo.
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